¿Qué pasó en el 2015?

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Es común, cuando finaliza el año, que las personas hagan un recuento de los últimos 12 meses de vida, siempre con la intención de definir los ‘pasos a marcar’ en los siguientes 12 meses del año. Es válido. Es una forma de replantearnos nuestras metas y objetivos de vida.

En este caso, nosotros haremos un recuento de lo que ha pasado durante los últimos meses en el tema de Derechos Humanos LGBTI tanto en Nicaragua, como en Honduras, El Salvador y Guatemala, y especialmente en el proyecto: Centroamérica Diferente.

En Nicaragua, el mayor logro identificado es la visibilidad de la comunidad LGBTI en los diferentes medios de comunicación, desde el respeto y reconocimiento de los Derechos Humanos, pero también desde la voz de los defensores y defensoras de la comunidad LGBTI mediante escritos publicados en El Nuevo Diario. Aún hay medios que presentan claramente una postura homofóbica, pero todo es un proceso.

En materia legislativa no hubo avance en el 2015, sin embargo tampoco hubo una demanda específica de la comunidad LGBTI. Tampoco obtuvimos datos de la situación de vida de las personas LGBTI debido a la falta de un censo poblacional. Y desconocemos el nivel de violencia que viven las personas LGBTI porque la legislación actual no tipifica los crímenes de odio, ni siquiera en las denuncias policiales se registra la identidad de género y/o orientación sexual del denunciante.

En Honduras, la situación no es alentadora, de hecho Honduras, El Salvador y Guatemala, conforman El Triángulo del Norte que representa una zona de peligro para la vida de las personas LGBTI. Pertenecer a la comunidad LGBTI supone un mayor riesgo. Algunos datos revelan que entre 2007 y 2012 en Honduras se registraron 180 muertes violentas contra defensores/as de los derechos humanos LBGTI. En los tres países tampoco hay registros estadísticos de lo que ocurre con la comunidad LGBTI.

No obstante podemos resaltar avances importantes como en El Salvador que desde septiembre la Asamblea Legislativa aprobó una reforma al Código Penal con la cual se agravan las penas cuando el delito es un crimen de odio. La reforma endurece las penas. En los homicidios simples las penas van hasta 15 años, mientras que en los agravados llegan hasta 65 años. Por tanto, los crímenes de odio pasan a considerarse homicidios agravados.

Y en Centroamérica Diferente, no podemos estar aún más orgullosos, nos hemos fortalecido como organizaciones y colectivos, hemos conquistado espacios en los medios de comunicación, a nivel regional hemos creado alianzas con activistas, defensores, miembros de la comunidad, periodistas y funcionarios públicos para el abordaje y defensa de los derechos humanos LGBTI mediante el desarrollo del Diplomado Derechos Humanos, Gobernabilidad y Diversidad Sexual, y pronto mediante una campaña regional de comunicación estaremos visibilizando a la comunidad LGBTI.

El camino es largo, pero hay ganas de recorrerlo, por ahora nos planteamos metas y con entusiasmo trazamos una estrategia para alcanzarlas y contribuir a que la sociedad respete y reconozca los Derechos Humanos de las personas LGBTI.